En Halloween, no te olvides de aprovechar tus mermas: incluso de lo más profundo de las tinieblas, algo bueno puede surgir. Si ya has puesto a prueba tu creatividad confeccionando una espantosa cabeza de calabaza , habrás obtenido una buena cantidad de carne de este vegetal. ¿Qué podemos hacer con ella? Lo mejor será ponernos ante los fogones y preparar dos recetas típicas de estas fechas.
Un delicioso pastel de calabaza
En este caso, existen varias opciones. A modo de carrot cake, podemos preparar un bizcocho de toda la vida y tunearlo con un glaseado que represente las criaturas más terroríficas (no escatimes en brujas, zombis, arañas y fantasmas). Pero también puedes optar por el formato individual, tipo cupcake, más práctico e higiénico: así te evitarás un drama cuando llegue a tu casa la pandilla de niños disfrazados (que pueden resultar incluso más terroríficos que la mismísima bruja de Blair).
Si lo prefieres, puedes preparar una tarta de calabaza con una masa brisa y un centro de textura gelatinosa: ¡hay para todos los gustos! Y, puesto que la decoración es FUN-DA-MEN-TAL en estas fechas, suéltate y crea sangrientos efectos especiales en tu repostería, a golpe de abundante sirope de frutos rojos derramado sobre las piezas dulces. El objetivo, recordémoslo, es que queden de lo más horripilantes. Aprovechémoslo, por una vez que la cosa no va de “cucadas”. Tonight is thriller night!
La imprescindible crema de calabaza
En tu fiesta de Halloweeen tampoco puede faltar otro clásico de estas fechas: la crema de calabaza. Suave, untuosa y de intenso sabor, nos encanta porque, además, es súper sencilla de preparar. Eso sí: para darle más rollito puedes echar unos ojos o dedos de broma (nada de miembros descuartizados de verdad; no nos malinterpretes). A ver cómo se queda el encargado de servir la sopa .
Lo dicho: con estas recetas te convertirás en un monstruo… de los fogones. ¡Te partirás de risa en la cara del mismísimo Hannibal Lecter!