Hola, aceite de oliva virgen extra; adiós, mantequilla. ¿Por qué no cambiar las grasas saturadas de la mantequilla por las insaturadas –y, por lo tanto, cardiosaludables– del aceite de oliva virgen extra en nuestras cremas de verduras? No solo les aportaremos sabor, sino que también serán más sanas. Todo son ventajas, así que ¡manos a la obra! Aquí van tres trucos que no fallan:
1- Asa las verduras en el horno antes de preparar la crema. Solo tienes que colocarlas en la bandeja del horno con un chorro de aceite de oliva virgen extra por encima y dejar que se doren antes de hacer la crema. Una vez bien asadas, añádelas al agua (es recomendable que sea un caldo de verduras), tritura… ¡y listo!
2- Añade un chorro de aceite aromático al final. Y aquí, sí, deja volar tu imaginación: innova con aceites aromáticos de diferentes sabores en función de lo que te apetezca y de las verduras que hayas utilizado. ¡Será como comer un plato diferente cada día!
3- Rehoga ligeramente las verduras con un chorro de aceite antes de preparar la crema. Basta con que rehogues las verduras en la cazuela antes de añadir el agua o el caldo para que estas adquieran un toque de sabor que marcará la diferencia.