Los italianos suelen ser bastante ortodoxos en materia de pasta: la boloñesa, para los tagliatelle; la carbonara, con espaguetis o con rigatoni, y en ningún caso añadir pollo. Pero hay un ingrediente indispensable para casi toda receta de pasta auténticamente italiana que se precie: el aceite de oliva virgen extra. Sí, es el ingrediente estrella, capaz de ensalzar cualquier plato, de ligar las salsas (o de estropearlas, si no es bueno) y de dar ese toque de sabor inconfundible que marca la diferencia.
¿Un ejemplo? El pesto de albahaca (o cualquier pesto, en realidad) no puede prepararse sin una buena base de aceite de oliva virgen extra. Lo mismo ocurre con muchas otras recetas, desde las más elaboradas hasta las más simples. Es el caso de los espaguetis con tomate, en el que es fundamental el sofrito de cebolla y zanahoria en aceite de oliva virgen extra. ¿A Alguien se le ocurriría preparar una lasaña sin una gota de aceite de oliva virgen extra? Por no hablar de una de las más grandiosas recetas de la cocina italiana: la de espaguetis all’aglio e olio, que nos demuestra que la exquisitez más suprema se halla, a menudo, en la sencillez.