¿Nunca has conseguido abrir una nuez sin romperla? ¡Tenemos un par de trucos infalibles para conseguirlo! Prueba a poner las nueces en remojo en agua tibia o en agua con sal durante un buen rato, y ya verás…
¿No puedes esperar a comerlas? Colócalas dentro de un recipiente con agua apto para el microondas y caliéntalo hasta que el agua hierva. Retíralas y espera un momento. Comprobarás que en ambos casos la cáscara se rompe de manera más fácil y rápida que cuando está seca.
A partir de ahora te llamarán… ¡el cascanueces!