Celebramos el Día Internacional de la Mujer profundizando en los beneficios del aceite de oliva y de la dieta mediterránea en la nutrición femenina.
Cada día más mujeres de todo el mundo ponen todo su empeño en cuidar su salud al tiempo que disfrutan de los placeres de la buena mesa. Y es que, por suerte, tener un estilo de vida saludable no es sinónimo de menús insustanciales, aburridos y repetitivos, sino de un universo por descubrir en el que caben todas las verduras, frutas, legumbres y cereales de la cuenca mediterránea, deliciosas carnes y pescados frescos y, cómo no, el aceite de oliva virgen extra, capaz de dar ese toque de distinción y sabor a cualquier plato, sin excepción. Todo ello, mientras nos aporta numerosos beneficios para la salud, nos protege y nos cuida por dentro y por fuera.
Porque cuando nos ponemos a enumerar las múltiples propiedades del aceite de oliva virgen extra, tanto para hombres como para mujeres, la lista es tan larga que no acabaríamos nunca: es el mejor aliado de nuestra salud cardiovascular, reduce el colesterol llamado “malo” y contiene un elevado porcentaje de ácidos grasos esenciales, por no hablar de que mejora las digestiones y su gran cantidad de antioxidantes lo convierten en el mejor de los productos antienvejecimiento.
Por todos estos motivos, es fundamental aprovechar su versatilidad e incorporarlo a la dieta diaria en sus diferentes formas: para freír o rehogar, en vinagretas, bocadillos, ensaladas e incluso smoothies (¿todavía no has probado a agregar un chorrito de aceite de oliva virgen extra a tus zumos verdes?). La cantidad diaria recomendada son aproximadamente unos 50 gramos, una cifra que según el mayor estudio sobre la relación entre el consumo de aceite de oliva virgen extra y la incidencia de cáncer de mama que se ha elaborado en España (Predimed) reduce el riesgo de padecer esta enfermedad en un 68 %. Al parecer, algunos polifenoles del aceite de oliva ―hablamos siempre de su variedad virgen extra― pueden detener la progresión de las células cancerígenas incipientes, según las conclusiones de los investigadores de Predimed.
Pero no es este el único beneficio del consumo regular de un producto que hoy analizamos en clave femenina pero que, en realidad, es más que aconsejable para todos. El aceite de oliva virgen extra es también un aliado contra la osteoporosis, ya que se ha demostrado que contribuye a la absorción del calcio y a la mineralización, pese a que a menudo tenemos la creencia errónea que solo los lácteos van a proteger nuestro esqueleto. No en vano, numerosos estudios han demostrado que las tasas de osteoporosis en los países del sur de Europa, donde reina la dieta mediterránea, son significativamente más bajas que las del resto de países del continente.
Nos hallamos, pues, ante una especie de fuente de la eterna juventud en su versión contemporánea, un producto que no solo es saludable, nutritivo, está riquísimo y tiene infinitas posibilidades, sino que es uno de los ingredientes que mejor definen la cultura mediterránea, sino el que más: una seña de identidad como ninguna otra que hace que los países de esta área geográfica se hallen entre los más longevos del mundo. Por algo será.