Un chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra es suficiente para sacar adelante multitud de recetas, para rehogar o cocinar a la plancha. Pero… ¿qué pasa cuando nos sobra bastante aceite tras una fritura? No son pocos quienes piensan que es un desperdicio freír con Aceite de Oliva Virgen Extra, un error que afortunadamente es cada vez menos común. Y es que lejos, de estar desperdiciándolo, estaremos haciendo lo correcto. El Aceite de Oliva Virgen Extra no solo es más saludable que otros aceites más económicos, sino que podemos reutilizarlo varias veces más, por lo que a la larga también supondrá un ahorro. Eso sí, tendremos que tener en cuenta una serie de gestos básicos:
Por ejemplo, tiene que conservarse bien limpio. No debemos guardarlo directamente en un bote, hay que colarlo previamente sirviéndonos de un colador bien fino (los agujeros de las clásicas aceiteras no son lo suficientemente grandes como para quede bien limpio). Sin impurezas ni restos, podrá ser utilizado tres o cuatro veces más sin problema.
También debemos cuidar que no entre en contacto con agua, ya que internamente se producirán una serie de cambios que acelerarían su descomposición. De igual manera que prestar atención a la temperatura. No debemos guardar un aceite que se ha calentado en exceso y ha humeado; ni aquel que presenta un color oscuro y una textura viscosa. Si a los ojos, al tacto o al olfato algo nos dice que no está bien lo mejor es descartarlo.
Pese a que el Aceite de Oliva Virgen Extra soporta altas temperaturas, sus propiedades y virtudes se van perdiendo a media que se utiliza en cocina. No hay que excederse con el número de veces, ni mezclar aceite nuevo con usado.
Cuando llegue el momento de ser retirado, es importante no deshacerse de él por el fregadero ni el wc ya que pude provocar graves daños en las tuberías y contaminar agua. Llevarlo a un punto limpio será el gesto más agradecido.
