Ganar la batalla a la operación bikini suele ser una tarea complicada. Esas cañitas, ese tapeo al fresco, los helados, los mojitos playeros al atardecer… La paradoja está servida: el verano es la época del año en que más deseamos mantener a raya la báscula y también la que nos ofrece un mayor número de tentaciones, con esa vida social desenfrenada y esos calamares a la romana a la sombra de un chiringuito. ¿Cómo luchar contra la adversidad en forma de tarrinas de tres bolas, milkshakes de ensueño y unas caipirinhas que nos beberíamos como si fuesen agua? Pues gracias al “personal trainer” que es el aceite de oliva virgen extra. ¿Quieres saber cómo emplearlo? Sigue leyendo.
– A partir de ya, cocina siempre las verduras al vapor y alíñalas con un chorro de aceite de oliva virgen extra, un toque de sal y la especia que más te guste. Ni más, ni menos. En cuanto tu cuerpo se acostumbre a los beneficios (y el sabor) de la cocina al vapor, no querrá ni oír hablar de otros tipos de cocción.
– Bueno, salvo la cocina a la brasa. Calabacines, berenjenas y pimientos son algunas de las verduras que se pueden preparar a la brasa con un toque de aceite de oliva virgen extra. No necesitarás más para ser feliz. Acompáñalas de pollo a la brasa en las barbacoas familiares y tendrás una comida ligera, equilibrada y deliciosa sin necesidad de renunciar a nada.
– Elimina del desayuno las galletitas, los cereales azucarados, los bocatas de chorizo y, por supuestísimo, la bollería. A partir de ahora, un pan de calidad y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y sal serán la mejor manera de empezar el día. ¿Has probado cereales alternativos al trigo? La espelta, el kamuto el centeno son una maravilla. Puedes añadir unas rodajas de tomate y no echarás de menos ni por un segundo tus banquetes de antaño.
– Apuesta por las frutas a la plancha. Si te aburre comer fruta a diario, (aunque la variedad que ofrece el verano hace las delicias de los amantes de este alimento), apuesta por prepararla a la plancha con un toque de aceite de oliva virgen extra. Sandía, pera, melocotón… serán la guarnición ideal para un pescado o una carne. ¡Pruébalo y te enamorarás!
– Ensaladas a tutiplén, pero con cuidadito. Si quieres controlar las calorías, opta por las ensaladas verdes, con pepino, tomate, cebolla, pimientos y alguna legumbre para saciar y activar el tránsito intestinal. En cambio, mantén a raya las que lleven queso y grandes cantidades de hidratos de carbono, sobre todo por la noche. Para aliñarlas, siempre aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal; no hace falta nada más.
– Stop salsas. Crees que te estás cuidando comiendo una salchicha de tofu o una completa ensaladilla rusa, verde y saludable, pero les estás añadiendo una gran cantidad de calorías con esas salsas que ocupan poco pero engordan mucho. A partir de ahora, mantén a raya estos coloridos acompañamientos de hamburguesas, bocatas y ensaladas frías veraniegas. Un buen aceite dará a nuestros platos un distinguido toque de sabor que nada tiene que envidiar a ninguna salsa.
– El mejor amigo de la pasta. Si quieres controlar las calorías y además no te gusta mucho cocinar o no dispones de tiempo suficiente, he aquí la solución. Una pasta al dente acompañada de un chorro de aceite de oliva virgen extra, sal y una pizca de un buen queso parmesano rallado. Remata el ágape con un bol de frutas variado y disfrutarás de una comida saciante, saludable y equilibrada. ¡Y taaaaan rica!