Todos sabemos que el aceite de oliva virgen extra, también conocido como AOVE, es el mejor, pero pocos saben lo que significa realmente esta denominación.
Se trata de un aceite sin refinar, el de mayor calidad que puede encontrarse en el mercado, y no es más que el zumo de las mejores olivas en su momento óptimo de maduración, en cuyo proceso de elaboración no se utilizan productos químicos.
Presenta un sabor más intenso y nunca contiene más de un 1% de ácido oleico, a diferencia del aceite de oliva virgen, cuyo porcentaje es mayor.
Además de su particular sabor, aporta numerosas vitaminas y minerales, ya que las propiedades nutricionales de la oliva permanecen intactas.
El aceite de oliva virgen extra no presenta ningún defecto organoléptico, por lo que es un auténtico lujo capaz de hacer brillar cualquier plato.