Los aceites aromatizados no dejan de ser aceites, por lo que no hay que tener miedo a usarlos en cocina como si de un Aceite de Oliva Virgen Extra neutro se tratara.
Perfecto para dar un punto diferente a platos en crudo como ensaladas, pero también para cocinar carnes y pescados, para aromatizar una pasta recién cocida o coronar unas verduras al vapor antes de servir.