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Cómo adelgazar de manera saludable

7 enero 2015

Cuando uno se plantea bajar de peso tiende a encontrar refugio en dietas hiperproteicas, disociadas y desequilibradas. Dietas de efecto “rápido” que estimulan, ya que los resultados son visibles desde el primer momento. Sin embargo, hay estudios que confirman que aproximadamente en un 80% de los casos se produce el llamado efecto yo-yo, que hará que al cabo de un tiempo el cuerpo tienda a recuperar el peso al que está acostumbrado.

La mejor dieta pasa por comer de todo. Así lo defiende la nutricionista Marta Garaulet, Doctora en farmacia, máster en salud pública por la Universidad de Harvard, y actualmente catedrática de fisiología y bases fisiológicas de la nutrición en la Universidad de Murcia, donde también forma parte del grupo de investigación en nutrición. Fiel defensora de la Dieta Mediterránea, mantiene que es la mejor pauta para conseguir una pérdida de peso sana, equilibrada, y constante. Pese a que los efectos visibles no son tan evidentes desde el primer momento, los estudios demuestran que es la dieta con menor tasa de abandono, y que comer de todo no está reñido con adelgazar, sino al contrario.

El secreto está en las proporciones, y en basar la dieta en un gran consumo de legumbre, cereales, pasta, pan o arroz, completarla con fruta y verdura, y no olvidar el aceite de oliva extra virgen. Rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados, es una estupenda y saludable fuente de grasa, que no hay que desterrar de ninguna dieta. Incluso cuando se pretende adelgazar.

La pasta, arroz, cereales o legumbres  son un grupo de alimentos indispensables por su composición rica en carbohidratos, necesarios para obtener la energía que mueve cuerpo y mente, y además, con un alto poder saciante. La pirámide de la Dieta Mediterránea coloca a todos estos alimentos en la base, seguidos de otro grupo que recoge los frutos secos, aceitunas, hierbas y especias, semillas, ajo y cebolla, cuyo consumo se recomienda a diario.

Marta Garaulet aconseja, por ejemplo, hábitos como el de incorporar tres días a la semana un plato único “de cuchara”, acompañado de ensalada y fruta (en la Cocina Mediterránea las comidas principales deberían contener tres elementos básicos: cereales, verduras y fruta). O tomar carnes, pescados y huevos en las cenas, como fuente de proteína.

Además, otros hábitos de comportamiento, como establecer horarios de comida razonables, optar por comidas centralizadas o dormir al menos ocho horas diarias. Costumbres que a veces se dejan de lado debido al ritmo de vida, pero que se ha demostrado que están estrechamente relacionadas con problemas de sobrepeso y obesidad.

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