Sin necesidad de seguir una dieta estricta al estilo de los deportistas profesionales, es muy importante vigilar la alimentación cuando salimos a correr por la montaña. Nada de grasas saturadas, nada de comidas copiosas y una buena hidratación son algunas de las claves para mejorar nuestro rendimiento. Estos alimentos también nos ayudarán.
Plátanos. Son fundamentales porque elevan los niveles de potasio en sangre, un mineral que se pierde cuando corremos. Un batido con leche de avena, plátano y canela (que estabiliza el azúcar en sangre) puede ser un buen desayuno si nuestro plan es correr por la mañana. También podemos tomarlo inmediatamente después de hacer ejercicio, pues nos ayudará a reponer fuerzas y evitará que lleguemos con mucha hambre a la comida.
Frutos secos. Un puñadito de frutos secos (nueces, almendras, avellanas, anacardos, pistachos…) antes de correr nos va a ayudar a mantener los niveles de energía. Contienen grasas cardiosaludables y calorías, además de vitaminas, fibra, proteínas e hidratos de carbono. Lo dicho, con un puñado será suficiente, pues al ser ricos en grasas podrán hacernos sentir llenos mientras corremos.
Avena. Es el superalimento milagroso para casi cualquier cosa. Aporta seis de los ocho aminoácidos esenciales e hidratos de carbono complejos de lenta absorción, que nos aportarán energía y vitalidad de forma prolongada.
Huevos. Son una fuente de proteína completa, además de contener una buena cantidad de aminoácidos. Ideales, pues, para recuperar los músculos tras una larga carrera.
Cerezas. Pese a que la temporada de esta fruta es corta, hay que aprovecharla al máximo. Tiene potentes propiedades antiinflamatorias que nos librarán de las temibles agujetas.
Salmón y atún. Ambos son fuentes de proteínas, que aportan al músculo los aminoácidos que necesita, y tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3, que actúan como antiinflamatorios.
Frutos rojos. Aportan antioxidantes y gran cantidad de vitaminas. Moras, arándanos y frambuesas son, además, alimentos deliciosos y versátiles, que podemos añadir a los batidos y las ensaladas.
Mucha agua. Y si la carrera va a ser larga, también es recomendable tomar bebidas isotónicas para reponer los minerales que vamos a perder en el camino. Quedan terminantemente prohibidos el alcohol y los refrescos azucarados.
Lo que no hay que comer. Nos lo dice el sentido común, pero no está de más recordarlo. Hay que excluir de la dieta la bollería industrial, los productos procesados, las salsas y los alimentos excesivamente grasos.