Es cierto que hoy en día el vermut se puede tomar a la hora que sea. Pero la tradición manda consumirlo de aperitivo, sobre todo en fin de semana: cuando tenemos tiempo por delante, dispuestos a enlazar con el almuerzo y (por qué no) también con la sobremesa. El vermú se suele acompañar de conservas, aceitunas y snacks, pero ¿por qué tomar siempre lo mismo si las opciones de picoteo son innumerables? Lo ideal es dejar volar la imaginación y que, domingo tras domingo, nuestros aperitivos sean originales y diferentes.
Para acompañar los mejillones, los boquerones, las anchoas o, si vamos a lo grande, las croquetas o los calamares, nada mejor que unos frutos secos, perfectos para ese aperitivo dominical.
¿Qué tal un maíz frito, crujiente y sabroso a más no poder, además de saludable? ¿O unas cuantas nueces? ¿Y unas almendras crudas? Mejor aún, si se te hace la boca agua pensando en todas estas delicatessen:
¿qué tal una mezcla de frutos secos fritos y salados, elaborados con aceite de oliva y, por lo tanto, sanísimos y más buenos que el pan?