¿Por qué no retirar galletas, bollos y procesados para siempre y apostar por un desayuno rápido con un pan integral artesano acompañado de un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un buen queso o jamón?
Puedes congelar el pan en porciones individuales y descongelarlo a diario en el tostador: los pequeños de la casa serán felices. También puedes añadir un puñadito de frutos secos o alguna fruta para acompañar.
Y aún mejor: ¿y si congelas los bocadillos ya hechos? Por la mañana solo tendrás que sacarlos y te ahorrarás mucho trabajo.