Con la llegada del verano queremos cuidarnos más y terminar de rematar la operación bikini (¡o empezarla!). También nos apetecen comidas fresquitas y más ligeras… ¡En invierno ya habrá tiempo para sopas calientes y potajes! Mucha gente cree que cenar ligero y reducir las calorías está reñido con el placer. Pero aquí te traemos unas ideas maravillosas que desmontan totalmente esta teoría y harán que esos calores sean más llevaderos. Si sigues nuestros consejos, mantendrás a raya la báscula a base de alimentos ricos y saludables.
1- Por la noche, son idóneas las verduras y las frutas, de modo que debes procurar que tu plato esté compuesto mayoritariamente de “verde”. Aunque conviene reducir los hidratos para que la cena sea más ligera, no pasa nada si te apetece comer un poco de pasta. Reduce la cantidad y añade más hortalizas o fruta: te saciarán igual y aportarán vitaminas y fibra.
2- Intenta evitar alimentos difíciles de digerir, como los fritos o la comida muy picante, que dejan esa sensación de pesadez tan desagradable antes de ir a acostarnos. Sobre todo, ten cuidado si eres insomne, porque las digestiones pesadas harán que descanses peor.
3- Recuerda que es un mito aquello de que la fruta engorda si la tomas por la noche. Así que no te cortes y come toda la que quieras. Además, las frutas de temporada están riquísimas y son ideales para sobrellevar el calor.
4- Intenta no comer justo antes de acostarte: tu cuerpo necesita su tiempo para hacer la digestión como es debido. Lo ideal sería cenar un par de horas antes de meterte en la cama. ¡Notarás un cambio durante el sueño y, sobre todo, al despertar!
5- El yogur puede ser tu gran aliado a la hora de cenar, y si le añades un poco de fruta ―por ejemplo fresas o melocotón― tendrás la combinación perfecta. También puedes echarle algún tipo de semilla, como pipas o chía. Deja volar tu imaginación: te sorprenderá la cantidad de recetas que puedes idear con este lácteo.
6- Hay que aprovechar la temporada de tomates para sacarles el máximo partido posible. ¿Y si te preparas una ensalada veraniega? La receta es bien sencilla: solo necesitas un tomate, mozzarella, un puñado de nueces y un chorro de aceite de oliva virgen extra. Y añade unas hojitas de albahaca fresca, que combina perfectamente con el tomate.
Hay miles de posibilidades para preparar una buena ensalada, así que deja volar tu imaginación, inspírate en los alimentos que más te gustan y prueba varias opciones. ¡Ni sospechas lo que puedes hacer con lo que tienes en la nevera!
7- No podemos olvidar el gazpacho, las sopas y las cremas bien frescas: chutes de verduras diferentes a la vez que deliciosas. ¿Y si te preparas un gazpacho de sandía para darle un toque dulzón muy especial? Seguro que te va a encantar. Otra idea para hacer una crema la mar de sencilla es triturar pepino con yogur, aceite de oliva virgen extra, sal y eneldo.
8- ¡No olvides que las especias son lo más para transformar completamente una receta! Lánzate a combinarlas a tu antojo en cremas y ensaladas o con pescados, carnes y verduras. ¡Verás como tu recetario gana muchos puntos!
