La Enfermedad Celíaca (EC), consiste en una intolerancia al gluten, proteína presente en el trigo, cebada, centeno, espelta y, posiblemente, avena. En estos casos, se ocasiona una inflamación crónica del intestino delgado, con atrofia de vellosidades (alteración clave para el diagnóstico), que son la causa de un cuadro de mal absorción de nutrientes. Se nace con la predisposición genética a la intolerancia, pero para que la enfermedad se desarrolle, es necesario el contacto con el gluten.
En España, el 75% de los casos detectados en adultos son mujeres sobre los 30 años, con una sintomatología poco clara. Aún así, se cree que es una enfermedad infra diagnosticada y que hasta un 90% de adultos que la padecen no están diagnosticados. Aunque se nace con la predisposición genética, se precisa un desencadenante: el parto o una cirugía abdominal pueden serlo.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas no siempre son digestivos (diarrea, vómito, dolor y distensión abdominal). La enfermedad puede afectar a todo el organismo y atacar a cualquier órgano (hígado, páncreas, tiroides). Incluso puede ser causa de infertilidad o trastornos siquiátricos. Un adulto con distensión abdominal desproporcionada, que no mejora con las medidas clásicas, un picor persistente, fatiga sin motivo, son sospechosos de padecer la enfermedad.
El diagnóstico de la enfermedad, aparte de la clínica, consiste en pruebas de serología (búsqueda de anticuerpos) y biopsia intestinal. De confirmarse la enfermedad, el único tratamiento es la eliminación del gluten de la dieta de por vida.
Hay mucha vida más allá del gluten
En Borges, somos muy conscientes del alcance de esta enfermedad, y por ello defendemos que una Dieta Mediterránea sana y equilibrada puede seguirse perfectamente sin necesidad de recurrir al gluten.
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