Hay platos de los que se desconoce el origen y otros tantos de los que se saben o cuentan demasiados orígenes. Es el caso, por ejemplo, de los spaguetti alla puttanesca, un clásico del recetario italiano. Su nombre parece no llamar a engaño pero, en cambio, las interpretaciones son varias. La más extendida, la que hace referencia a que era el plato más recurrente entre las prostitutas napolitanas -por la inmediatez de su elaboración y sus ingredientes casi básicos en la despensa italiana- para matar el hambre entre servicio y servicio; pero también para seducir a los propios clientes de los burdeles.
Un plato de pasta a base de tomate, anchoas, alcaparras y olivas negras como arma para la seducción, aunque fuera inicialmente por el estómago. A decir verdad, la popularidad del plato se propagó por toda Italia tan rápido como suele prepararse. I también fuera del país.
Tanto es así que hoy en día se pueden encontrar los spaguetti o unos penne alla puttanesca entre la oferta de muchísimos restaurantes de todo el mundo, no necesariamente sólo en los especializados en cocina italiana. Precisamente en virtud de ese origen, las regiones que adoptaron la receta como propia son la Campania y el Lazio, donde se suele remarcar que se añadieron las anchoas a la elaboración original.
Entre el resto de variopintas historias que remiten al origen del plato hay incluso una que apela precisamente al olor de las anchoas en una sorprendente asociación de ideas… Otra explica que era el plato típico en los restaurantes de la Italia de los años 50, emplazados generalmente en la planta baja de las casas de citas, siempre con las persianas bajadas para garantizar la discreción.
Prevalece también una corriente de opinión que alega que el condimento alla puttanesca se refiere a su componente picante, el mismo que, literal o irónicamente, se podría atribuir nuevamente al oficio más antiguo del mundo.
