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Pasta como guarnición, ¿por qué no?

8 noviembre 2016

Borges - Pasta como guarnición

Se considera que un plato está equilibrado cuando tiene una ración de proteína, otra de vegetal y una tercera de carbohidratos, grupo al que pertenece la pasta. Si aplicas esta regla, verás que las posibilidades son infinitas, y más en el caso de las pastas si no te limitas a pensar en recetas en las que este producto sea precisamente el protagonista.

¿Por qué no plantear unos fusilli como guarnición de unas albóndigas caseras o acompañar con unos parpadelle al pesto una pechuga de pollo rellena? Te damos algunas ideas para hacer de la pasta un delicioso acompañamiento.

Albóndigas caseras en salsa con fusilli

En materia de albóndigas, todos tenemos esa fórmula familiar que pasa de generación en generación, ¿verdad? Pues apunta: 500 g de carne picada, un huevo, miga de pan, leche, sal y harina. Moja la miga de pan en la leche y mézclala con la carne y el huevo. Sazona al gusto y déjalo reposar. Haz bolitas con las manos, pásalas por harina y fríelas en aceite de oliva. Las reservamos y abordamos la salsa. Para prepararla rehoga algunas verduras al gusto (nuestra recomendación: cebolla y zanahoria) y termínalas con una cocción con vino blanco (medio vaso es suficiente). Una vez listas, las trituras hasta convertirlas en salsa e incorporas las albóndigas, lo cubres con un poco de agua y lo cocinas a fuego lento. Corregimos la sal, si es necesario. Nuestra apuesta es acompañar estas albóndigas con unos fusilli cocidos, bien escurridos y regados con un chorrito de aceite de oliva. Verás qué ricos quedan integrados en la salsa de verduras.

Pechugas rellenas acompañados de parpadelle al pesto

Hacemos una incisión, con un cuchillo de filo liso bien afilado, a lo largo de las pechugas, solo por un lado (es decir, no tenemos que dividirlas en dos partes separadas, deben quedar como si fueran un libro). Los salpimentamos y los doramos, por ambas caras, en aceite de oliva. Para el relleno, proponemos unos espárragos trigueros, que ya habremos salteado antes, y un poco de queso tierno; puedes sustituir los espárragos por calabacines, espinacas, col verde (o kale)… A gusto del cocinero. Una vez rellenas, las cerramos con ayuda de unos palillos y las terminamos al horno. Revisa este truco sobre cómo hacer que las pechugas de pollo queden siempre jugosas y recuerda cómo se prepara el pesto en esta receta. A la hora de servir, coloca la pechuga en el plato, retira los palillos, acompáñala de una ración de parpadelle y corona la pasta con salsa pesto.

Brochetas marinadas con macarrones y tomate cereza (o cherry)

En esta entrada sobre recetas para triunfar en una barbacoa te dimos algunas ideas para marinar carnes, tanto blancas como rojas. Un toque aromático y un extra de jugosidad para los que, eso sí, necesitas algo de tiempo y previsión. Pues bien, nuestra apuesta personal para acompañar unas buenas brochetas marinadas es una pasta templada que dé chispa y refresque a la vez. ¿Cómo la preparamos? Una vez cocidos los macarrones, los salteamos en aceite de oliva con ajo y un poquito (sin pasarnos) de guindilla. Incorporamos unos tomates cereza cortados por la mitad y, finalmente, un poco de cilantro picado.

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