¡Pues claro que se pueden hacer unas buenas patatas fritas que sean saludables y sin freírlas! ¡Y quedan escandalosamente ricas! Aviso: crean adicción.
Solo tienes que cortarlas y ponerlas en remojo en agua fría con hielo durante unos diez minutos, para que suelten el almidón. A continuación, sécalas bien con un papel absorbente, colócalas en una bandeja para horno y úntalas con aceite de oliva virgen extra (puedes hacerlo con un pincel para asegurarte de que quedan bien cubiertas). Solo te queda añadir sal, pimienta y especias al gusto y hornearlas durante unos 20 minutos a 210 ºC sin ventilador. Pasado este tiempo, y para asegurar ese toque crujiente que marca la diferencia, sube la temperatura del horno a 260 ºC y hornéalas unos cinco minutos más, hasta que se doren.
¡Ya tienes una guarnición riquísima: las mejores patatas fritas y además super saludables! Ahora, si te apetece, puedes experimentar para elaborar alguna salsa: ¡imaginación al poder!