Pelar ajos es habitualmente un fastidio. No solo porque quitarles la piel no es fácil, la tienen muy fina y bien pegada, sino que, además, acabamos con las manos oliendo a ajo irremediablemente. Para evitarlo, mete los ajos en un recipiente de cristal o un tarro reutilizado, tapa y agita con energía durante unos veinte segundos. Verás cómo se pelan sin tener ni que tocarlos.
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Pelar ajos fácilmente
23 noviembre 2016