La pasta es uno de esos alimentos maravillosos que empiezan a comerse incluso antes de llegar a la mesa. Mientras está en la olla y se va haciendo la salsa, mientras contamos los minutos para no pasarnos con la cocción, ya vamos disfrutando de un proceso que culminará con un toque de queso rallado y, por qué no, una copita de chianti. Y qué mejor para cocinar pasta y practicar eso que ahora se ha dado en llamar mindfulness, que hacerlo con uno de estos temazos italianos. Buon appetito!
‘Spagetti a Detroit’, de Fred Bongusto. A medio camino entre la canción de guardería y la música que suena de fondo en cualquier club de jazz de los que frecuentan Woody Allen y Mia Farrow, este temazo de alma indiscutiblemente vintage comienza con una declaración de intenciones incontestable: “Spaghetti, pollo, insalatina e una tazzina di caffè”. Poco más se necesita en la vida para ser feliz, aunque te pase como al protagonista de este tema encantador y te encuentres en Italia, bien lejos de un amor al que has dejado en Detroit.
‘La pasta asciutta‘, de Fabrizio Bracconeri. Una canción para todos aquellos que aman la pasta por encima de todo de forma profunda y desinteresada. Un tema que se regodea en los ingredientes de un plato al que el autor “se abandona con inmensa voluntad”, que empieza al estilo crooner latino de voz desgarrada y acaba convirtiéndose en un estribillo de fiesta mayor. El temazo ideal, pues, para bailar agarrados de cualquiera con quien nos una un amor indestructible y eterno: el amor por la pasta.
‘Buon appetito‘, de Enrico Montesano. Seamos sinceros: ni Enrico Montesanto es Frank Sinatra ni la letra de “Buon appetito” la ha compuesto John Lennon. Pero y qué. Porque vamos a caer atrapados sin remedio por unas rimas tan arrebatadoras como “chi mangia la mozzarella, chi mangia la papardella, chi mangia la tagilatella…”, pura sencillez a ritmo de organillo que nos hará desear una sola cosa en la vida: entrar a casa de los vecinos y bailotear con ellos con todos los aspavientos del mundo como si fuésemos los protagonistas de un musical.
‘Ma che bontà‘, de Mina. La gran dama de la canción italiana, una mujer enigmática y versátil a partes iguales, nos va a acompañar en cualquier momento de nuestras vidas con su prolífica obra musical. Y también, faltaría más, cuando cocinamos la pasta al ritmo de este tema de Mina que nos habla de los placeres de comer: “Ma che bontà, ma che bontà, ma che gustino questa roba qua”. La cantante demuestra una vez más cómo se puede ser la combinación perfecta entre Cher, Raffaella Carrà y Lady Gaga y lanzar mensajes tan contundentes como universales: desconfía de todos aquellos a quienes no les gusta comer.
‘Il vino‘, de Piero Ciampi. Dijo Dante que “el vino siembra poesía en los corazones”, mientras que Galileo afirmaba que “el vino es la luz del sol, unida por el agua”. Y es que no hay duda de que el vino es uno de los mejores amigos de la pasta, y que solo pensar en tomar una copita una vez esté lista la receta que nos traemos entre manos va a hacer el proceso muchísimo más llevadero. En cuanto empiece a sonar “Il vino” vamos a sentirnos de inmediato en un paisaje ondulado de la Toscana frente a un mantel de cuadros, con una hermosa tarde por delante. “Ma com’è bello il vino, bianco bianco bianco, rosso è il mattino, sento male a un fianco”, dice Ciampi, un tipo atormentado de corazón existencialista que en este tema se lamenta de lo efímera que es la vida.