Es posible, o mejor dicho, es casi seguro que, si te acostumbras a comer un poquito de chocolate cada día, termine enganchándote. ¿Cómo saber si es así? Porque sientes un gran placer cada vez que lo pruebas y porque sufres un levísimo síndrome de abstinencia (¿cierto nerviosismo?, ¿un poco de ansiedad?) cuando se te acaba y no puedes tomar tu dosis diaria. Existe una razón científica: este producto contiene varias sustancias químicas cuyos efectos son comparables a los de las drogas, ya que estimulan el sistema nervioso y generan placer, lo que puede derivar en adicción.
Uno de esos componentes es la anandamida, que crea una agradable efecto de relax ☺️. El otro es la encefalina, que genera en el cerebro una sensación de placer similar a la del opio y la morfina . Y hay más: la feniletilamina desencadena sensaciones que los científicos comparan con la del enamoramiento . Y la textura del chocolate derritiéndose en la boca libera endorfinas, causantes de aportar bienestar y alegría al cuerpo .
MODERACIÓN, la clave és la MODERACIÓN!