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Diez secretos para preparar un pan con tomate perfecto

13 febrero 2018

Borges - catalan tomato bread - pan con tomate

Este sencillísimo plato, muy típico en Cataluña (pa amb tomàquet) y que ha conquistado también a paladares de toda España, es un valor seguro para una cena fría e informal, un picoteo entre amigos, una merienda improvisada o un desayuno saludable. Parece sencillo de preparar, pues no es más que la combinación entre pan y tomate, pero existen numerosos trucos para que te quede perfecto. Aquí los tienes:

Para prepararlo:

– Hazte con un pan de calidad, preferiblemente de payés de trigo si quieres preparar un pan con tomate ortodoxo. Mejor que sea siempre un pan blanco y ligero, de sabor neutro, más que un pan denso e integral, de algún otro cereal de sabor más dulzón, como la espelta. El pan de coca (esos panes finísimos de corteza crujiente y escasa miga) también se lleva estupendamente con el tomate.

– Utiliza tomate de untar: muy rojo y más bien blando: así podrás provechar toda su pulpa. Córtalo por la mitad y úntalo directamente en el pan, tostado previamente si lo prefieres.

– Asegúrate de que el aceite de oliva que sea virgen extra. Puesto que este ingrediente aportará mucho sabor a tu criatura, debes utilizar un aceite potente y de muy buena calidad. Y echarlo a discreción, sin escatimar: un buen pan no es nadie si no va de la mano de un gran aceite.

– Termina con un toque de sal y… ¡listo! A algunos les encanta frotar un ajo en el pan, pero entonces nos alejaríamos de la receta clásica. Aunque, qué demonios: la gastronomía está precisamente para experimentar.

Para comerlo:

– Con embutidos. Salchichón, chorizo, jamón… O con una ensalada de acompañamiento. ¡Y ya tendrás una cena improvisada que dejará a los comensales chupándose los dedos!

– Con quesos. Una tabla de quesos, un buen vino blanco, buena música, mucho tiempo por delante y… ¡a disfrutar de la vida!

– Con carnes. En Cataluña el pan con tomate es un imprescindible de las barbacoas. Las carnes a la brasa, acompañadas de verduras y patatas también a la brasa, son grandes amigas del pan con tomate. Te lo quitarán de las manos.

– En bocadillos. Un sándwich de lo que sea con pan con tomate siempre es mejor que un sándwich de lo que sea sin pan con tomate. Llega un día en la vida en que aprendes esta máxima y vives con un tomate en el bolso.

– Con aguacate. ¿Qué mejor desayuno que un pan con tomate y aguacate, algo de queso fresco y unas semillas de sésamo? Nutrientes a tutiplén, grasas saludables procedentes del aguacate y el aceite de oliva virgen extra y un despliegue de nutrientes y colorido. Hay quien desayuna pan con tomate sin nada más, junto con un café o un zumo, y quienes lo acompañan de una loncha de pavo o jamón de York. En todos los casos, es una manera ideal de empezar el día.

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