Una buena manera de asegurarnos una comida nutritiva, saludable y deliciosa aunque tengamos poco tiempo empieza con un simple gesto: echar un poco más de pasta a la olla cuando la cocinemos en casa. Si la dejamos enfriar, será la base ideal para elaborar platos deliciosos y variados, multicolores y muy pero que muy veraniegos. Aquí van algunas sugerencias para sacar el máximo partido de la pasta fría.
Ensalada caprese, ¡pero de pasta!
Tomates buenos (en verano es temporada, así que hay que aprovecharlos al máximo), mozzarella, albahaca fresca, pasta al dente (los farfalle quedan muy bien, pues es una pasta fina y ligera) y un buen aceite de oliva virgen extra. Ya tendremos una ensalada caprese de pasta, que nos aportará energía, vitaminas y antioxidantes y nos dejará saciados y felices.
Pescado crudo
Atún o salmón crudos, que nos van a aportar una buena dosis de ácidos grasos omega-3, con una pasta estilo fusilli y cualquier otro ingrediente a base de verduras frescas: zanahorias, remolacha, rabanitos… Un ágape nutritivo, completo y sabroso.
Ensalada de superalimentos
Desde algas a kale o aguacate. Todos estos superalimentos combinan estupendamente con la pasta fría, a la que también podremos añadir otros superalimentos en forma de semillas: desde chía a sésamo. Este plato es una buena manera de cuidarnos por dentro y por fuera utilizando la pasta, de sabor neutro y textura contundente, como base.
Ensalada superproteica para vegetarianos
Una ensalada de pasta con tofu fresco, aguacate y frutos secos, que podemos aliñar con una buena crema balsámica que le aporte sabor, va a suponer una inyección de proteínas sin necesidad de comer carne ni pescado. Es, además, muy baja en calorías.
Griega
Pasta, queso feta, unas buenas aceitunas negras y un aliño a base de aceite de oliva y, si nos apetece, un vinagre balsámico que aporte un toque de sabor. Podemos añadir también unas hojas de rúcula o canónigos y vamos a sentirnos en la mismísima Grecia.
Pesto
No hay nada más sencillo. Una buena pasta al dente y un pesto rojo o verde en función de lo que nos pida el cuerpo. Puede funcionar como plato único y es sabroso, sano y nutritivo.
Menos es más
No hace falta complicarse con recetas rocambolescas para improvisar una ensalada de pasta. Basta con mirar qué nos queda en la despensa y utilizar la pasta como base. Cuando el calor aprieta y el cuerpo nos pide una comida minimalista y energética bastan unos espagueti fríos con tomates, zanahoria y, si tenemos por ahí, un toque de queso fresco. Una vinagreta a base de aceite de oliva virgen extra y miel sentará la mar de bien a este plato ligero y refrescante.
Con ahumados
Igual que funciona bien con pescados crudos, la ensalada de pasta con salmón o bacalao ahumados es un valor seguro. Podemos aportar un toque de frutos secos y alguna especia al gusto, desde albahaca a orégano.
César de pasta
Si la ensalada César ya suele ser un éxito, mucho más lo es si le añadimos un toque de pasta fría. Con pollo, huevo, pan rallado y parmesano, no estaremos precisamente ante una ensalada light pero, qué demonios, un día es un día.