La pasta contiene hidratos de carbono de absorción lenta, es saludable y nutritiva y nos aporta la energía necesaria para nuestro día a día. Durante años ha existido el falso mito de que la pasta engorda mucho, lo que nos ha impedido disfrutar de los encantos de uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea, ideal para combinar con salsas tan variadas como el pesto, la marinara o la puttanesca, entre otras. Si combinamos bien pasta y salsa y seguimos estos consejos, disfrutaremos de los beneficios de un alimento que nos aportará mucha fuerza y energía, además de proteínas y muy poca grasa.
– Basta con 50-70 g de pasta para saciarte. Aporta pocas calorías en comparación con otros alimentos, y si la ración de salsa es igualmente discreta podremos comer pasta prácticamente a diario.
– Acompáñala con una ración de ensalada o una crema fría, consume la pasta como plato principal y elige frutas de temporada de postre. Tendrás una comida saludable, equilibrada y baja en calorías.
– Si te estás cuidando, siempre puedes optar por las salsas menos calóricas. La marinara o la de albahaca son ligeras y deliciosas, al igual que la arrabbiata. Otras, como la salsa de ricotta, tienen más calorías, por lo que conviene ingerirlas en horarios en que vayamos a quemarlas.
– Procura escoger las salsas más contundentes para la comida de mediodía y las más ligeras para la cena. De la misma manera, reduce la cantidad de pasta si te apetece comerla para cenar: bastarán 40 g y una marinara, por ejemplo, con una pieza de fruta o un yogur.
– Es conveniente acostumbrarse a cenar temprano, no solo si se cena una deliciosa pasta al pesto, por ejemplo. Si nos acostamos inmediatamente después de cenar, no quemamos lo que hemos ingerido. Si puedes permitirte, incluso, un paseíto nocturno de media hora tras una cena temprana verás cómo tu cuerpo (y tu figura) te lo agradecen.
– El secreto está en compensar: si a mediodía has decidido darte un homenaje y has tomado un gran plato de pasta (más de los 50-70 g recomendados) con cantidades industriales de salsa, opta por cenar un plato de fruta o un yogur con cereales. No hay que torturarse, sino disfrutar de la comida… y de los encantos de la pasta y la salsa.
– Teniendo en cuenta que la cantidad de salsa que añades a un plato de pasta suele ser moderada, con frecuencia tenemos la sensación de estar consumiendo más calorías de las que en realidad nos aporta. Además, la base más habitual de la salsa es el tomate, por lo que la presencia de otros ingredientes más grasos no es excesiva.
– Debido a su contenido en hidratos de carbono de absorción lenta, la combinación de pasta y salsa nos hará sentirnos saciados durante largo tiempo, de modo que evitaremos los picoteos innecesarios y los antojos de azúcar a media tarde.
