Pues por infinidad de motivos. ¡En primer lugar, porque está buenísimo! Y es tan versátil que podrás incorporar aceite de oliva a diario sin problemas y usarlo en cualquier plato: desde un chorrito en tu bocadillo hasta ensaladas, fritos, salteados e incluso smoothies (¿aún no has probado los batidos con aceite de oliva?).
Podrás añadirlo a tus tartas caseras, utilizarlo para hacer bechamel e idear las recetas más diversas con este ingrediente que es la piedra angular de la dieta mediterránea, una auténtica joya para nuestra salud y nuestro paladar.
Otra importante razón para tomar aceite de oliva virgen extra a diario son sus reconocidas propiedades para mantener la salud cardiovascular. Los ácidos grasos insaturados presentes en el aceite de oliva contribuyen a reducir los niveles de colesterol LDL (popularmente conocido como colesterol «malo») y aumentar los del HDL, el colesterol «bueno» que mejora la vasodilatación arterial y la circulación sanguínea.
Si, además, tu dieta es rica en frutas y hortalizas y haces ejercicio físico con regularidad, tu salud y la de tu corazón tendrán los mejores cuidados.