1.- Disuelve la levadura en el agua y posteriormente incorpora la harina y la sal. Mezcla bien y añade el aceite poco a poco.
2.- Amasa sobre una superficie plana y limpia, sobre la que habrás esparcido anteriormente un poco de harina para evitar que se pegue. Voltea la masa, estira, airea y cierra. Así repetidas veces hasta conseguir que sea uniforme, lisa y elástica. Con unos 10 minutos será suficiente.
3.- Coloca la masa en un bol, tapa con film y déjala reposar en un lugar cálido entre una hora y una hora y media, hasta que haya doblado su volumen.
4.- Llega el momento de separar la masa en piezas según el resultado que busques (para estas cantidades vendrá bien en cuatro) y de dar forma. Puedes hacer tortas o cocas (aplanando la masa y dejando una altura de 1,5 cm aproximadamente) panecillos o lo que se te ocurra.
5.- Coloca la masa ya con la forma sobre un paño de lino o papel de horno y tápala con otro paño húmedo. Deja fermentar unas dos horas.
6.- Precalienta el horno a 250 °C. Pincela con aceite la superficie del pan, baja la temperatura a 210 °C y hornea unos 25 minutos en el caso de las tortas y unos 30-40 minutos si has optado por forma de barra.
Hay quien añade un poquito de sal en escamas sobre la superficie de la torta antes de hornear, quien lo utiliza para elaborar pizza o cocas saladas, y hasta quien añade en el proceso de amasado otros complementos como aceitunas, pasas, nueces o romero.