Corta el pollo en dados y ponlo en un bol junto con la salsa de soja y una pizca de pimienta. Déjalo marinar unas horas en la nevera, bien tapado para que no se impregne de otros sabores.
Corta el pollo en dados y ponlo en un bol junto con la salsa de soja y una pizca de pimienta. Déjalo marinar unas horas en la nevera, bien tapado para que no se impregne de otros sabores.
En una sartén con aceite de oliva virgen extra, sofríe la cebolla y el ajo a fuego medio-bajo, hasta que se doren.
Añade los anacardos enteros y el pollo y saltélo a fuego vivo, sin dejar de remover, hasta que el pollo quede dorado. Corrige de sal si es necesario (con cuidado, porque la salsa de soja ya es muy salada y tal vez la receta no requiera sal extra).